Os la recomiendo a todos que la veáis porque, a parte de ser muy bonita, es muy motivante para todos aquellos que en un futuro nos quedamos dedicar a algo relacionado con el mundo del deporte.
No me enrollo más. ¡¡Espero que os guste mi reflexión y veáis la película!!
Reflexión de la película
Después de visualizar la película de Coach Carter, son muchas las reflexiones que se me pasan por la cabeza, como por ejemplo, el cambio de actitud que tienen los jugadores a lo largo de toda la película, la forma de actuar y pensar del entrenador, la visión que tienen los padres sobre la manera que tiene el entrenador de llevar el equipo, la prensa…
Por ello he elegido un tema que está patente en toda la película, no sólo en esta, sino en todas aquellas que están ambientadas en un barrio marginal e inseguro, con alumnos con problemas con la justicia, problemas de dinero, drogas…; es decir, películas en las que los chicos están predestinados a ir por el mal camino.
Cuando el entrenador llega al equipo, los chicos no estaban motivados pues habían perdido todos los partidos menos cuatro en la anterior temporada, y eso les generaba rabia, furia, frustración, miedos, inseguridades… Pero ellos no eran conscientes de estos sentimientos, ya que no reconocían su parte de culpa, y así generaban mal ambiente en el equipo, pues todos se echaban la culpa de algo.
Bien es sabido que la agresividad en el campo de juego, y más en el baloncesto, es la base de que un equipo consiga sus propósitos. Así pues el entrenador se lo dice a sus jugadores para que lo tengan en cuenta y vayan a por todas en el terreno de juego, pero de una manera siempre deportiva, pues el término agresividad nos puede llevar a confusión. En la película los jugadores al principio relacionan agresividad con frustración, la llamada teoría del impulso, pues al llegar nuevo este entrenador, y al ser tan exigente y tan duro se rebelan contra él, insultándole y menospreciando su trabajo, llegando en uno de los casos a intentar agredirle. Esta rabia contenida se convierte en agresión porque los impulsos del ser humano cuando siente los sentimientos antes mencionados, son de atacar a otra persona, aunque ésta no tenga la culpa de nada de lo sucedido.
Por supuesto en el trascurso de la película, esa agresividad cambia y se convierte en una “agresividad controlada” gracias a que su entrenador anteriormente les obligara a callarse y a no contestar ni faltar el respeto, porque si no serían sancionados con flexiones y “suicidios”.
Finalmente, el cambio en la actitud de los jugadores hizo que usaran esa agresividad para “derribar” al contrario y hacer su juego más potente y rápido.
Por último me gustaría añadir que todo deportista debe tener ese poco de agresividad para picar a sus contrincantes sin llegar a las manos pues, ante todo somos deportistas, y todos debemos saber ganar, pero también, saber perder.
A continuación, os dejo una parte de la película, dónde uno de los alumnos cita un pequeño discurso sobre cuál es nuestro mayor miedo. Es una de las partes más reflexivas de la película, y sin duda para mí la más bonita. ¡Un saludo!
“Nuestro mayor miedo no es que no encajemos, es que tenemos una fuerza desmesurada. Es nuestra luz y no nuestra oscuridad lo que más nos asusta.
[…]Todos deberíamos brillar como hacen los niños, no es cosa de algunos sino de todos. Y al dejar brillar nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otros para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia libera automáticamente a otros”
Vídeo tomado del Youtube, Autor: hiperbasket
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